Aun asi, como todo niño, yo estaba empeñado en mi regalo, ya sabiamos que Santa Clos no existe, por que en mi familia siempre han tratado de que vivamos de acuerdo a la realidad, y tambien tenia cierta certeza de que no andaban muy bien las cosas, pero yo tenia la esperanza.
Unos tios, que viven en Estados Unidos, le preguntaron a mi mama que era lo que nosotros deseabamos de regalo, en aquel entonces, todavia nos juntabamos toda la familia en casa de mi abuela materna y hacian cena y esas cosas, repartiamos regalos y demás, pero por un error/olvido/confusion de mi la buena de mi tia, puso los regalo al revez, mi hermano recibio el mio y yo el que estaba destinado a el, asi que el avioncito, (que no volaba, sino que se sostenia en un alambre y daba vueltas en un radio de medio metro) nunca llego a mis manos, como buenos infantes, mi hermano y yo eramos muy poco compartidos en esos aspectos, asi que me amole.
Recuerdo todavia mi decepcion, lloraba y lloraba, mientras mi mamá me trataba de explicar que uno no siempre recibe lo que quiere, yo le decia que me habia portado bien, que era buen niño, y todo eso, arguyendo todo lo que se me ocurria para tratar de lidiar con la terribe angustia que sentia, pero mi madre me lo explico, que hay veces que uno tiene lo que quiere y otras no, y lo comprendi.
Al año siguiente, la situacion habia empeorado, mi padre ya no tenia la tienda y nos alcanzaba muy apenas para vivir, asi que no habia opcion de regalos, mi madre incansable como hasta ahora, habia vendido de todo, cosido ajeno, y vaya a saber Dios que mas y habia juntado dinero, dispuesta a darle a sus hijos una navidad lo mejor que pudiera, pero ahora yo en mi afan de ayudar, era el que no queria. Fuimos a una pequeña tienda departamental del pueblo (Mas Mas, que luego se incendio) y vimos los regalos, habia algunos que me llamaban la atencion y otros que me sugeria mi madre, pera eran de un precio muy alto, yo ya estaba en la escuela y sabia sumar y restar y algo mas o menos del concepto del valor de las cosas, asi que escogi... un trompo. Era un trompo de plastico al que le conectabas una cosa arriba y le dabas vueltas, para despues pulsar un boton y el trompo giraba emitiendo una luz roja. Un regalo sencillo, barato, lo escogi no porque me gustara sino por que no queria que mi madre gastara demasiado., aun recuerdo lo dificil que fue para mi tratar de engañar a mi madre, diciendo que eso era lo que mas me habia gustado, tratar de mostrarme feliz por el juguete, y en ese momento pense que lo habia logrado, que habia engañado a mi madre haciendole creer que me habia hecho feliz con poco dinero, y ahora que lo recuerdo y pienso creo que lo unico que logre fue preocuparla, porque las madres son muy perceptivas e inmediatamente se dio cuenta de lo que habia tratado de hacer, asi que la preocupacion fue doble, porque no solo no obtuve un regalo que me hiciera feliz, sino que me habia dado cuenta de que estabamos en problemas y me preocupaba, as que perdi en forma doble y perdimos los dos, aun y cuando nunca mencionamos el suceso, ni siquiera ahora, tantos años despues.
A mi, cada navidad me trae por la mente muchos recuerdos y estoy condicionado, como el perro de pavlov, diciembre
=nostalgia/melancolia/soledad/tristeza porque han pasado muchas cosas en mi vida, pero el perder la ingenuidada cerca de la vida, tal cual es el lo mas duro. Tendria que haber sido despues, cuando ya hubiera madurado mas, y no tendria que haberle hecho daños a terceros. Es un proceso natural el crecer, el "entrar en razon", pero a veces es tan de golpe y tan inesperado que nos cala, y nos cala tanto que nos deja marcados de por vida.
Asi que por eso y muchas cosas mas, como dice el villancico, no me gusta la navidad.
Nota: Ya se que esta historia no es nada, que hay familias, millones de niños que no tienen idea siquiera de que existe la navidad, que no tienen alimentos, menos regalos, que hay hambre y enfermedad, y todo me duele, si de alco peco es de empatia, pero esta historia no se refiere al valor economico de los regalos, sino al dolor de crecer.
Para los que no son como yo, Feliz Navidad, (o janukah, asegún).