Y prosiguió: y puedo aseguraros que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.
En verdad os digo que había muchas viudas en Israel en tiempos de Elías, cuando el cielo se cerró por tres años y seis meses, reinando la gran hambruna en toda la Tierra; y a ninguna de ellas fue Elías enviado, sino a una viuda de Sarepta, de Sidón.
Lucas, 4, 24