De vez en cuando me pongo a pensar en la utilidad de las acciones propias. No es que me considere muy buena gente, no, solo que creo que intento hacer las cosas para molestar a la menor cantidad de gente posible. Y tal vez ese sea mi problema, ya que me he dado cuenta que las personas que hacen las cosas sin pensar en los demás, generalmente son mas felices que yo.
No se realmente a que se deba esta sensación. Pero según mi percepción, siempre trato de estar para los demás en los momentos en que creo, me necesitan. Y ayudo en lo que puedo, una palabra de aliento, mi oido para escuchar, apoyo moral, e incluso económico, y lo que recibo a cambio es ... nada. Incomprensión. Ley de hielo. O será que soy demasiado histriónico? Probablemente, pero mientras yo considero muchos detalles para formarme una opinión de la gente, tal parece que a los demás les toma solo un pequeño error, un comentario sin importancia, o una mirada, para formase una mala idea y terminar fregándome la vida.
Tal vez debiera yo tambien se un poco más selectivo. Hace años, llegué a la conclusión que las personas que me rodean no podian pensar ni obrar de la misma forma que yo, y pensé, después de muy duros golpes y numerosas decepciones, que era lo mejor creerlo asi, y que era parte de mi proceso hacia la madurez.
Ahora me pregunto, me habré equivocado?
Será posible que mientras yo tengo una percepción del mundo los demás tengan una 100% opuesta? No lo sé. Por mas que lo pienso no llego a una conclusión que me parezca razonable. Tal vez mis insatisfacciones me han llevado a un punto en que nada me parece como es. O tal vez sea el estrés que he acumulado en los dos últimos meses. Mientras que en mi mente todo pareciera andar en orden, tal vez mi actitud demuestre lo contrario. No sé. Lo que si estoy seguro es que mi grado de sociabilidad anda por los suelos, y eso se debe en parte a la respuesta del público que he tenido últimamente.
En fin, creo que mis introspecciones no están siendo muy objetivas últimamente. Tal vez estoy pensando demasiado en darles el gusto a los demás. Olvidándome por completo de mi y por lo mismo, me siento aislado. Mientras que para los demás el mundo gira a velocidad normal a mi se me ha detenido, y lo peor es eso. Que tengo que seguir un ritmo al cual no tengo sintonía en este momento. No he logrado sacar todo lo que siento. Todo el dolor de la pérdida y la impotencia que sentí, y sigo sintiendo. Quisiera gritar pero no encuentro las palabras, he querido suplir el dolor con trabajo y ocupar mi mente, pero lo que siento pugna por salir, pero no logro encausarlo. Temo que se acumule tanto que cuando estalle la fuerza sea demasiado para controlarla y no quiero. Quiero mi vida como estaba. No quiero sentirme así ni pensar en cosas que no tienen solución. Tengo que seguir mi vida y darme cuenta que la vida sigue, desahogar todos estos sentimientos sin vergüenza, ya que son humanos, ya que la pérdida es común y tendría que saber como manejarla y encauzar todo a algo positivo. No seguir trabajando fingiendo que no pasó nada, que todo sigue igual porque no es cierto.
Por Dios, tengo 30 años...!